12/29/2013 “Nunca más violencia y división en las familias”: Papa FranciscoPapa Francisco durante el AngelusPapa Francisco durante el Angelus

Papa Francisco durante el Angelus
Es la oración de Francisco. De su puño y letra. En la misma implora que nunca más exista violencia, cerrazón y divisiones en las familias. El Papa decidió pronunciarla hoy, fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, para pedir por la próxima asamblea del Sínodo de los Obispos que analizará justamente el tema de la pastoral familiar. Y en su reflexión dominical subrayó que Jesús “quiso tener madre y padre”.
 
Ante una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles y desde la ventana de su estudio privado, en el Palacio Apostólico del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio sumó al rezo del Angelus su oración por las familias. Pero antes habló sobre la fiesta litúrgica de este domingo, que recuerda la “vía dolorosa” del exilio de José, María y Jesús en Egipto, donde experimentaron las condiciones dramáticas de los refugiados, marcadas por el miedo, la incertidumbre y las incomodidades.
 
“Por desgracia, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi todos los días la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí y para las propias familias”, exclamó.
 
“En tierras alejadas incluso cuando encuentran trabajo, no siempre los refugiados y los inmigrantes encuentran acogida verdadera, respeto, aprecio por los valores que llevan. Sus legítimas expectativas chocan con situaciones complicadas y dificultades que parecen a veces insuperables”, agregó.
 
Instó a todos a pensar en el drama de aquellos migrantes que son víctimas del rechazo y de la explotación, pero también en los “exiliados” dentro de las mismas familias como los ancianos que a veces son tratados como presencias molestas. Y apuntó: “un signo para saber cómo está una familia es ver cómo se les trata a los niños y a los ancianos”.
 
Según el Papa, Cristo quiso pertenecer a una familia con dificultades para que ninguno se sienta excluido de la cercanía de Dios. La fuga a Egipto muestra que Dios está ahí donde el hombre está en peligro, sufre, escapa, experimenta el rechazo y el abandono, pero está también donde el hombre sueña, espera volver a la patria en plena libertad, proyecta, elige para la vida, la dignidad suya y de sus familiares.
 
Recordó las tres palabras que él recomienda siempre usar para que una familia pueda salir adelante: por favor, perdón y gracias.
 
“Este día nuestra mirada sobre la santa familia se deja atraer también de la simpleza de la vida que ella conduce a Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, las ayuda a volverse cada vez más comunidades de amor y de reconciliación, en las cuales se experimenta la ternura, la ayuda y el perdón recíproco”, añadió.
 
Luego de rezar el Angelus pronunció su oración en la cual solicitó la ayuda de la Santa Familia de Nazaret para que todas las familias sean “lugar de comunión y cenáculo de oración”, y para que “nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado”.
 
“Que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica”, imploró.
 

Concluyó con un saludo especial a las basílicas de la Anunciación en Nazaret, de la Sagrada Familia en Barcelona y de la Santa Casa de Loreto, conectadas vía satélite para especiales jornada de oración por el Sínodo. Bendición que extendió a una manifestación multitudinaria en Madrid.

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