miércoles, 19 de abril de 2017

Nota para las cúpulas de la Iglesia de Euskalerria


Ante las diversas opiniones y datos que se dan a conocer en las redes, es bueno que vayamos tomando nota y nos posicionemos para bien de una Iglesia que debe ser significativa, actual y hospital de campaña...


EL OBISPO DE GASTEIZ ROMPE LA "UNIDAD"
Brecha en la jerarquía de la Iglesia vasca por su papel en el desarme de ETA
El obispo de Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, se desmarca de Munilla y apoya la mediación eclesial en el final de la banda

HUMBERTO UNZUETA - Jueves, 13 de Abril de 2017 -

BILBAO. El obispo de Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, rompió ayer la hasta ahora aparente unidad de la jerarquía eclesiástica de la CAV en torno al papel de la Iglesia vasca en el proceso de desarme de ETA desarrollado en los últimos meses y culminado el pasado sábado en Baiona. El prelado se salió ayer de la estela que había marcado el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, con su posición contraria a la implicación eclesial en la entrega de armas y a la presencia del arzobispo de Bolonia, Mateo Zuppi, como observador y fedatario del proceso.

Con motivo de la eucarístia del Miércoles Santo en la Misa Crismal, Elizalde pronunció una homilía en la que aseguró que su diócesis está impulsando un nuevo proyecto de paz y reconciliación en Euskadi. No hizo referencia expresa a la operación de entrega de armas, ni a la presencia de Zuppi, ni al final de ETA, pero en su plática coló de rondón un mensaje sobre lo sucedido: “En el nuevo escenario la Iglesia quiere seguir ayudando al proceso de paz y yo me alegro y por eso apoyo todas las mediaciones eclesiales e iniciativas compatibles”. Además, afirmó que éste es un objetivo en el que hay que “sumar” y no “restar”, y destacó la “etapa histórica que estamos viviendo” en Euskadi.

En la homilía, recordó que la diócesis de Gasteiz, desde el Secretariado Social, está impulsando y “dando forma” al proyecto Paz y Reconciliación, una iniciativa puesta en marcha con el objetivo de consolidar la convivencia en Euskadi tras el cese definitivo del terrorismo en 2011. En este sentido, añadió que “nos espera un largo camino en el que no podemos ni desanimarnos ni restarnos, sino sumarnos”.

El recado es meridianamente claro y el destinatario también, el obispo Munilla. El prelado de Bilbao, Mario Iceta, aún no se ha pronunciado al respecto, aunque a mediodía de hoy oficiará la misa crismal que se celebrará en la catedral de Santiago, en la capital vizcaina.

La reflexión de Elizalde llega apenas tres días después de que el obispo de Donostia cuestionara la presencia del arzobispo de Bolonia y miembro destacado de la comunidad de San Egidio, Mateo Zuppi, en el desarme de ETA. Munilla negó que la Iglesia estuviera presente en la entrega de los arsenales y aseguró que el mitrado italiano asistió “por su cuenta y riesgo” a los actos del desarme. Ese mismo día, la Oficina de Prensa del Vaticano manifestó que la presencia de Zuppi fue “a título personal y no en representación de la Santa Sede, ni como arzobispo de Bolonia”.

Munilla llegó incluso a afirmar que Zuppi no tenía “bendición explícita ni implícita de la Santa Sede” para estar en el acto de desarme de ETA en Baiona, sino que “lo hizo por su cuenta y riesgo”. Además, se arrogó la representación de los otros obispos vascos y, de facto, ejerció de portavoz de los mismos al expresar su “sorpresa” y la del resto de los prelados vascos por la presencia de Zuppi en Baiona, acompañado por Harold Good. El sacerdote metodista norirlandés intervino en su día como mediador en el desarme del IRA junto con Alec Reid, otro religioso irlandés que en la pasada década se implicó en la resolución del problema vasco e, invitado por Elkarri, realizó varias visitas a Euskadi para reunirse con agentes políticos y sociales vascos. Zuppi y Good actuaron como testigos en el Ayuntamiento de la capital labortana de la entrega por parte de Etcheverry al jefe de los verificadores internacionales, Ram Manikkalingam, de la documentación correspondiente a la localización del arsenal de la banda.

Zuppi es uno de los dirigentes más significados de la comunidad de San Egidio, una congregación religiosa con experiencia en otras mediaciones entre ETA y el Gobierno español en los años 90, aunque aquellas se frustraron porque la banda sospechó de que sus reuniones con los religiosos estaban siendo vigiladas.

El sacerdote italiano no se ha pronunciado sobre la polémica y, una vez de regreso a su arzobispado, ha evitado la exposición mediática. Sin embargo, la comunidad de San Egidio sí ha ofrecido explicaciones sobre su presencia en las operaciones de desarme. En un comunicado, el martes defendió la actuación del prelado y señaló que acudió al acto de entrega de las armas de ETA como “testigo moral”. Justificó su presencia por la autoridad y el conocimiento de Zuppi en este tipo de procesos ya que es “conocido por haber participado en varios procesos internacionales de reconciliación”.

Las declaraciones de Munilla causaron extrañeza en las filas del PNV y ampliaron la brecha existente entre este partido y una parte de la jerarquía de la Iglesia de la Comunidad Autónoma Vasca, especialmente con el obispo de Donostia. El presidente de esta formación, Andoni Ortuzar, aseguró el martes sentirse “más cerca de Mateo Zuppi que de los obispos vascos” en su visión del desarme de ETA y se manifestó “perplejo” como creyente y como católico con las afirmaciones de Munilla.

ACLARACIÓN DE ELIZALDE

A última hora de ayer, el obispo Elizalde envió a los medios un comunicado para aclarar que sus palabras “estaban referidas a las iniciativas del proyecto Paz y Reconciliación” y añadió que “en absoluto se referían a otros ámbitos políticos”. Asimismo, señaló que es “totalmente falso que existan versiones divergentes entre los obispos vascos, navarros y de Baiona en esta materia” y subrayó que hay una “plena y fecunda” comunión y sintonía entre ellos. “Hago esta aclaración, para salir al paso de interpretaciones equivocadas, que nada tienen que ver con la intención de mis palabras”, apostilló. A renglón seguido, el prelado reprodujo el párrafo que motivó su aclaración tal cual lo expresó en la homilía.



OPINIONES...

Posición de la iglesia de base sobre la implicación en el final de ETA

“Esperábamos que nuestros obispos hubieran actuado de forma diferente”

I. FRADUA / T. DÍEZ - Jueves, 13 de Abril de 2017 -

Txetx Etcheverry entrega el sábado a Mateo Zuppi el listado con el arsenal de ETA.

BILBAO. DEIA ha pulsado la opinión de curas y teólogos acerca del papel que la Iglesia vasca ha jugado y debería de jugar en el desarme de ETA. Latente aún el eco de las palabras de ayer del obispo de Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, y las pronunciadas el pasado lunes por su homólogo en Donostia, José Ignacio Munilla, diferentes voces coinciden en desligar la base eclesiástica de la jerarquía, ensalzar la labor efectuada en favor de la convivencia y arrogarse un papel futuro importante para asentar la paz en Euskadi

“Los obispos vascos han tenido una actitud frente al desarme y la mayoría de cristianos otra”

Franciscano de Arantzazu

Franciscano que vive en Arantzazu desde 1967, Beristain distingue inicialmente a la Iglesia vasca de quienes ostentan los altos cargos de su Curia, cuya actitud ante el desarme de ETA asegura “no entender”. “Han tenido una actitud y la mayoría de los cristianos, aunque no sé cuantos, lo hemos visto de otra forma”, apunta gráficamente. Su opinión, en todo caso, es que “la Iglesia y los cristianos estamos para impulsar los pequeños pasos que se van dando, sean pequeños o grandes”, sin “minusvalorar” que no se haya dado “el paso completo”, tercia. Califica a Zuppi de “hombre preocupado por el proceso vasco” desde su atalaya de la comunidad de San Egidio. Al arzobispo de Bolonia lo conoció en persona. “Le han tenido que encargar de Roma, aunque digan que no; pero quizás no para que hiciera de mediador”, explica sobre el cometido del prelado italiano. “Su presencia ha sido sencilla, humilde y bonita”, concluye.

“La presencia de la Iglesia en el proceso de desarme, que es un paso importante a la paz, no está de más”


PATXI AZPITARTE
Párroco de Deba e Itziar

Cura que lleva más de treinta años de trayectoria y fue exvicario de la diócesis de Donostia, Azpitarte resalta que la Iglesia vasca “ha estado vivamente presente en el proceso de pacificación, normalización y reconciliación” durante las etapas de José María Setién y Juan María Uriarte al frente del obispado de la capital guipuzcoana. Pero “la presencia de la Iglesia en el proceso de desarme, que es un paso importante, no está de más”. En lo que respecta a Zuppi, al que conoce desde hace muchos años, “se merece un gran respeto, y después un gran agradecimiento”, más si cabe cuando “el mismo Papa ha trabajado por normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba o ha participado en el conflicto de Colombia”. Califica como “feo” que un obispo salga así “criticando” a Zuppi y censura las críticas expresadas por el prelado de Donostia, José Ignacio Munilla. “Ellos medirían si debían de estar o no” en un acto en el que “sí hubo presencia de la Iglesia”, aunque de las bases.

“Agradezco a Zuppi no solo su presencia en Baiona, sino su discreto trabajo por la desaparición de ETA”

JOSÉ MARI KORTAZAR
Párroco de Arratia

Miembro del Foro de Curas de Bizkaia, contesta a preguntas de DEIA “a título personal”. Y resalta la labor de la Iglesia en la pacificación poniendo como ejemplo dos actividades recientes: una conferencia organizada por las iglesias de Arratia -en las que da misa- en la que participó la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, y Bake Topaketa, donde se escucharon a víctimas del terrorismo y de tortura y en el que estuvo presente el obispo de Bilbao, Mario Iceta. Sin embargo “no sé si luego habla mirando a la Iglesia de Bizkaia o a no quemar su prestigio mirando también a Madrid”. Kortazar ahonda que “es un tema en el que no se encuentra cómodo y lo delega en la Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación que la anima magistralmente el jesuita Manu Arrue”. Sobre el papel de Mateo Zuppi, al que agradece “no solo su presencia, sino su discreto trabajo por el desarme y la desaparición de ETA”, cree “imposible” que acudiera a Baiona “sin el visto bueno de altas instancias del Vaticano”. Así, afirma que ha existido una ‘vía Parolin’, “un hombre de confianza del papa Francisco”, en lugar de “la autopista vía Madrid que lleva tiempo cerrada, pero que muchos obispos la ven como escalera de promoción eclesial”.


“La respuesta de los obispos ha sido muy pobre, con falta de esperanza y poco abierta al futuro”

FÉLIX PLACER UGARTE
Profesor emérito de Teología

Miembro de la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria, Placer valora que la Iglesia “ha tenido un papel muy importante en relación al conflicto vasco” y coincide con Azpitarte en destacar el legado de Uriarte y Setién ante a la tibieza de los actuales obispos. “Deberían haberse implicado más en pedir el desarme y, sobre todo, en ofrecer pautas positivas”, cuando su respuesta ha sido “muy pobre, con falta de esperanza y poco abierta al futuro”. Aplaude la labor “mucho más constructora de la paz” de Zuppi y la Iglesia Anglicana, que estuvieron en Baiona. La del arzobispo italiano, que “ha colaborado en la resolución de muchos conflictos, refleja perfectamente la conducta del papa Francisco, que quiere resolver los conflictos apoyando”.


“Es muy grave que los obispos no hayan colaborado, sino que más bien hayan sido una rémora”

JOXE ARREGI
Teólogo

“Es incomprensible y muy grave que no solo no hayan colaborado en el final ordenado de ETA, sino que más bien hayan sido una rémora”, asegura Arregi sobre la ausencia de los obispos el sábado pasado en Baiona. Las posteriores declaraciones de monseñor Munilla, “llenas de acritud y despecho”, son tildadas por el teólogo como “un triste retrato de una institución religiosa que ha roto definitivamente con la inmensa mayoría de su comunidad”, si bien “el tímido desmarque” a posteriori del obispo Elizalde es “un pequeño alivio”. La asistencia de Zuppi a la capital labortana, así como de otras personalidades eclesiásticas, “atenúa en parte la ausencia de los obispos de nuestras cinco diócesis y es un signo de la sensibilidad y proximidad al pueblo que muestra y demanda el papa Francisco. También es muestra de la pluralidad de la Iglesia, afortunadamente”.


Nota para las cúpulas de la Iglesia de Euskalerria

Ante las diversas opiniones y datos que se dan a conocer en las redes, es bueno que vayamos tomando nota y nos posicionemos para bien de una Iglesia que debe ser significativa, actual y hospital de campaña...

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