jueves, 9 de julio de 2015

A los representantes políticos recientemente elegidos.



Carta a los representantes políticos
recientemente elegidos.


JOSAN MONTULL
Salesianos -Huesca

 
Respetables señores ediles:

Reciban de entrada un saludo y una felicitación por su elección popular para ser representantes del pueblo en Ayuntamientos, Diputaciones y Organismos administrativos de carácter autonómico. Saberse votado por el pueblo soberano es, a la vez que una satisfacción, una gran responsabilidad.

Lo cierto es que ha pasado más de un mes desde las elecciones que les dieron los votos suficientes para gobernar. Hacía mucho tiempo que un plebiscito no suscitaba en mí tanta expectación. Tal vez, la aparición pública de los casos de corrupción de algunos políticos y la posibilidad del fin del bipartidismo alentaron en mí un interés que ya casi había perdido.

Si bien me parece una osadía por mi parte, me atrevo a escribirles a ustedes para hacerles llegar una serie de recomendaciones o peticiones para que las consideren si lo creen oportuno. Tengo que confesarles que a mí personalmente no me gusta que nadie me dé consejos; pero lo de ustedes es diferente, en tanto en cuanto les hemos votado nosotros; eso nos da el mismo derecho a sugerirles lo que creemos mejor para el pueblo. Por eso me atrevo a hablarles y darles estos diez puntos de reflexión.

1-     Combatan la corrupción con todas sus fuerzas. Hagan todo lo posible para que nadie se enriquezca con el dinero ajeno aprovechando puestos de privilegio que tienen ciertos cargos. Para dar credibilidad a su lucha contra la corrupción, no deberían limitarse a no subirse el sueldo, deberían, si lo consideran oportuno, bajárselo –aunque fuera muy poco-, sería ése un signo de buena voluntad de acercamiento a los que les han votado.


2-     Tengan en su vida personal una conducta moral intachable. No siempre lo legal es justo. Hagan todo lo posible para que sus vidas sean de una trasparencia clara y para que su vida privada y personal sea consecuente con la misión de representantes del pueblo. Nos sólo se representa a la gente en las Administraciones políticas…es en la vida toda donde deben hacer un esfuerzo para que el pueblo vea en ustedes un testimonio ético indudable y una absoluta coherencia con su política. Ustedes son un modelo de referencia para mucha gente, en particular para muchos jóvenes, hagan que ellos puedan sentirse orgullosos de ustedes.

3-     Tengan mucho cuidado con las redes sociales. No escriban nada que pueda luego ser comprometido o que afee su propia vida y la de sus compañeros de grupo. Lo que se escribe, lo que se fotografía, lo que se opina con una aparente impunidad puede tener consecuencias malas si se hace irreflexivamente. Destierren de sus comentarios en las redes sociales cualquier tipo de ironía o de chiste que suponga un menosprecio a los más desfavorecidos de la sociedad.

4-     Hagan de los pobres y los más vulnerables el centro de sus preferencias. No consientan que ningún ser humano no tenga casa o pueda ser echado de la que ha vivido durante tiempo, Desvívanse en atenciones a las personas enfermas y dependientes. Gobiernen para los que son irrelevantes socialmente. Dediquen a cuestiones sociales las partidas más importantes y los mejores profesionales. Arrinconen de la política la palabra desahucio y considérenlo un vocablo vergonzante y cruel que tiene que desaparecer del vocabulario diario.

5-     Combatan sin descanso y de forma implacable todo lo relacionado con el tráfico de drogas. Persigan discotecas, locales, bares y zonas en las que se vende la muerte con total impunidad. No olviden que el nuestro es el primer país consumidor de cocaína de mundo. No consientan en modo alguno un modelo de turismo que destroza la vida de los jóvenes, ofende la dignidad de los vecinos y sólo se justifica por el dinero fácil.

6-     Hagan todo lo que esté en su mano para conseguir un pacto por la educación. Desde la llegada de la democracia han sido 7 las leyes de Educación que ha tenido nuestro país. Eso es, sencillamente, una vergüenza, la manifestación más clara que la educación se ve con ojos políticos partidistas y no con criterios pedagógicos y sociales. La escuela se ha convertido en un arma arrojadiza para lanzarse unos a otros de una forma penosa. El pretendido y alentado enfrentamiento de la escuela pública y la concertada es, a mi modo de ver, una milonga machacona, aburrida y obsoleta que divide artificialmente a educadores y no aporta absolutamente nada.

7-     Muchos de ustedes tienen una especial sensibilidad por el maltrato animal y así propugnan leyes que supongan la abolición de las corridas de toros y de espectáculos en los que haya animales. No me parece mal que haya este debate. Sólo les pediría que hubiera el mismo interés para afrontar otro espectáculo, el fútbol. Nuestra liga de las estrellas en un país con 5 millones de parados y con una tasa de pobreza importante, es un insulto a los trabajadores y a los pobres. Los sueldos de muchos deportistas son ofensas que claman al cielo porque se dan en un país en el que hay ocho millones de pobres. Los traspasos y contratos multimillonarios de muchos futbolistas son sencillamente ignominiosos. Muchos deportistas con sueldos multimillonarios se convierten en modelos de referencia para muchas personas. Esos sueldos, ese manejo de dinero es, a mi modo de ver, una infamia obscena.

8-     Practiquen políticas solidarias con las personas que llegan ilegalmente a las fronteras de nuestro país pidiendo vivir con dignidad. Huyen del miedo, del terror y del hambre; tenemos la obligación moral de acogerles y hacerles un hueco entre nosotros. Ya sé que es muy difícil, pero resulta llamativo los esfuerzos municipales que se hacen para las diversas fiestas, por ejemplo, y la falta de sensibilidad que tenemos en este tema. Esos hombres y mujeres son nuestros hermanos, no acogerles es una monstruosidad. Los campos de golf al lado de la valla que nos separa de África son el reflejo de una ética miserable.

9-     Tengan una actitud de respeto con los símbolos que encuentren. Hay algunos que se pueden cambiar, bastones de mando que se pueden guardar…pero tengan siempre presente que esos símbolos no son de ustedes sino de la gente. Han sido usados por personas de todos los colores políticos que también fueron, como ustedes, votadas. El espectáculo de concejales recién nombrados saliendo del Ayuntamiento de Zaragoza jugueteando con símbolos del Consistorio, me resultó adolescencial y patético. Entre los símbolos, guarden un respeto exquisito por los de carácter religioso; representan a millones de seres humanos que son creyentes y hacen opciones desde su fe. Esos símbolos se han podido manipular, es cierto, a veces han sido impuestos por los vencedores de contiendas violentas, pero van mucho más allá de los que en un momento los pusieron. Muchos de ellos tienen un carácter universal y representan valores que han construido la justicia y que han aportado una vasta cultura a nuestras tierras.

10-      Finalmente, me gustaría que recordaran siempre el carácter efímero y grande de su mandato; efímero porque no es para siempre, grande porque es para servir al pueblo, al que les ha votado y al que no lo ha hecho. Ustedes son servidores de la gente no de sus propios partidos. Gobiernen, pues, para el pueblo, sin afanes partidistas. Lo que importa es el pueblo, no el partido. Atrévanse a votar favorablemente lo que es bueno aunque lo proponga un partido opuesto al suyo; atrévanse también a discrepar con el suyo si en conciencia creen que lo deben hacer. Mucho se ha popularizado en estos días el término “casta” para referirse a los políticos que se instalan en el poder menospreciando al pueblo sencillo. No se conviertan ustedes en casta; sirvan sin complejos a la gente y denles lo mejor de sí mismos.

Disculpen, señores ediles este atrevimiento. Disculpen que me haya dirigido a ustedes aun sin conocerles. Creo, no obstante, que, puesto que he votado en conciencia, en conciencia puedo decir lo que crea a los que son mis representantes. Recuerden, por favor, que no se representan a sí mismos, sino al pueblo, al acomodado y a aquel que casi ha perdido la esperanza.

No duden que, si hacen de la honestidad una bandera, tendrán muchas personas que les aplaudan y que incluso estén dispuestos a colaborar con ustedes. Entre ellos, me encontrarán también a mí, independientemente de cual sea el color político de mis representantes.

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