viernes, 20 de septiembre de 2013

El modelo subsidiario en la reforma de la Curia

 André Zünd
Stimmen der Zeit” 218 (2000) 5, 306-314


André Zünd, profesor de Contabilidad Pública y Revisión de las Cuentas en la universidad de San Gallo (Suiza), publicó hace tiempo un artículo en “Stimmen der Zeit” (218 (2000) 5, 306-314) que parece oportuno retomar en estos tiempos de reforma de la curia vaticana. Y también, de otras más cercanas como, por ejemplo, la de la diócesis de Bilbao.

***

En su artículo, André Zünd recuerda cómo la Curia vaticana siempre ha copiado, a lo largo de historia, los modelos de gestión y organización propuestos y activados por el saber humano y, por tanto, no fundados en la revelacion. En nuestros días, apunta, es imperiosa la necesidad de recuperar dicha tradición y aprender algo, una vez más, de los expertos de “management” (organización y administración de empresas)

Después de analizar la gestión eclesial a lo largo de la historia y de un detenido estudio de la singularidad de la iglesia con respecto a otros colectivos sociales, formula los siguientes nueve criterios y una conclusión final que, con las debidas adaptaciones, también pueden servir para las diócesis inmersas en procesos remodelación de sus curias.

Por ejemplo, es muy probable que donde dice <iglesia local > se podría decir parroquia, unidad pastoral o vicaria territorial. El principio de subsidiariedad, además de la corresponsabilidad bautismal en la elección de sus responsables, también vige en el interior de las diócesis. O, por lo menos, tendrían que estar tan igualmente presentes en ellas como en la posible reforma de la curia vaticana

1.- El baricentro de la Iglesia debe situarse en el futuro más inmediato de manera inconfundible en las Iglesias locales y particulares que son mucho más cercanas a las personas que la lejana curia romana. Además éste es un criterio de actuación exigido por el principio de subsidiariedad que siempre ha defendido la Iglesia.

2.- Es urgente la reforma de la curia romana porque la organización actual no se corresponde ni con el modelo ideal de Iglesia ni con las necesidades practicas del futuro.

3.- En una reforma de la curia se tendrían que valorar los conocimientos y resultados alcanzados por los diferentes saberes sobre la organización y administración de empresas mundiales (“management”), porque se pueden encontrar muchos paralelismos entre la Iglesia universal y dichos grupos sociales de alcance mundial.

4.- Una reforma de la curia es imposible sin la reforma de la dirección de la Iglesia. El vértice monárquico tiene que ser sustituido por un gobierno colegial, el centralismo romano debe ser reemplazado por una descentralización en favor de las Iglesias locales y particulares, tal y como deseó el concilio Vaticano II.

5.- En toda reforma de la curia, junto a los modernos principios de gestión, han de aplicarse también los principios de la división de los poderes.

6.- La curia no es solamente el brazo largo del papa, sino también la dirección central de una organización mundial y, por tanto, ha de ser un polo en el que convergen ideas y propuestas de las Iglesias locales.

7.- La reforma de la curia exige estructuras simples, rápidas y transparentes. Y también, propuestas innovadoras.

8.- La separación entre el ámbito de las opciones netamente eclesiales y las tareas meramente administrativas no sólo favorece la cooperación de los laicos, sino que facilita la existencia de un aparato administrativo mucho más flexible.

9.- La reforma de la curia es posible, a pesar de la resistencia de la burocracia, inmediatamente después de la elección de un nuevo papa y si existe una firme voluntad de que se produzca.

Conclusión

Quien odia a la Iglesia grita con Voltaire: “¡Destruid a la infame!”

Quien ama a la Iglesia pide reformas;  no quiere su muerte, sino que viva, también en el nuevo milenio.

En la Iglesia nos encontramos frecuentemente con muchos, buenos y platónicos deseos: “¡Ecclesia semper reformanda!” (“¡La Iglesia tiene que renovarse siempre!”).

Me gustaría ver hechos para poder decir, de una de vez por todas: ¡Ecclesia tandem reformata!” (“¡La Iglesia, por fin, se ha renovado!”).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.