martes, 19 de marzo de 2013

Uno de los jesuitas detenido por la Junta en Argentina publica una “declaración”


A-B.H.
En la página web de la provincia de Alemania de los jesuitas, el p. Franz Jalics, jesuita, detenido con el p. Yorio por la Junta militar en mayo 1976, ha publicado el pasado viernes 15 de marzo de 2013 una breve “declaración”.

Con ella quiere salir al paso de la controversia provocada con motivo de la elección como papa del cardenal Jorge Bergoglio, antiguo provincial de los jesuitas de Argentina y antiguo arzobispo de Buenos Aires, sobre el papel jugado por él en esta detención. En efecto, tres meses antes de que se les detuviera, había ordenado a los dos jesuitas que dejaran el barrio. Para algunas personas, esta decisión pudo ser interpretada por la Junta como una “señal”.


“Yo vivía en Buenos Aires desde 1957, comenta el p. Franz Jalics, de origen húngaro. En 1974, movido por el deseo interior de vivir el Evangelio y visibilizar la terrible pobreza, con la autorización del arzobispo de Buenos Aires y del Padre Provincial, entonces Jorge Mario Bergoglio, me afinqué con un camarada en una “favela”, en un suburbio. Desde allí, continuábamos impartiendo clases en la Universidad”

“No tienen nada que temer”

“Estando en el barrio, no contactamos ninguno de los dos ni con la Junta ni con la guerrilla”, asegura el p. Jalics. Según él, fue la decisión tomada por uno de sus colaboradores, un “laico” con el que se había “perdido la relación”, de juntarse con la guerrilla, lo que levantó las sospechas de la Junta. “Nueve meses después fue capturado por los soldados e interrogado, y entonces se descubrió que se había relacionado con nosotros”, cuenta el jesuita.

“Fuimos arrestados bajo sospecha de tener contactos con los guerrilleros. Pero después de un interrogatorio de cinco días, el oficial que dirigía la investigación se expresó en los siguientes términos: ‘Padres, no tienen nada que temer’. Voy a hacer todo lo necesario para que puedan regresar al barrio’. A pesar de este compromiso, de una manera totalmente inexplicable, permanecimos detenidos durante cinco meses con los ojos vendados y maniatados. No puedo comentar cuál fue el papel desempeñado por el P. Bergoglio en este proceso”, declara con toda sobriedad.

El p. Jalics manifiesta haber abandonado Argentina después de su liberación y haber tenido la oportunidad de encontrarse “algunos años más tarde” con el p. Bergoglio, nombrado entretanto arzobispo de Buenos Aires, “para hablar sobre lo sucedido”. “Seguidamente, celebramos la misa públicamente y nos abrazamos de manera solmene. En lo que a mi concierne, me siento reconciliado con estos acontecimientos y los doy por finalizados”, concluye, deseando al papa Francisco lo mejor para su pontificado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.