lunes, 23 de enero de 2012

MEMORIAS DE OTRO COLOR


En 1983  el entonces Nuncio en España Antonio Innocenti convocó al cardenal Enrique Tarancón a Madrid, para hablar.

Viajando hacia Madrid, a la altura del pueblo conquense de su mismo nombre, “Tarancón”,  escuchó por la radio la noticia de que había sido aceptada su dimisión. Mas hete aquí que D. Vicente no había presentado su dimisión.

Indignado, bajó, se acercó a un  hotel, buscó un teléfono público y llamó a Nunciatura. Y dijo sin rodeos al Nuncio: “Como usted ya le ha dicho a la radio lo que quería de mí, no veo objeto alguno en el viaje”.


Y añade el relator de la noticia: “Le dijo al chófer que diera media vuelta, y se volvió a Villa-real preso de rabia, con el orgullo herido.”

A D. Vicente le gustaba escribir; y componer. Redactó unas memorias de unas 1.500 páginas. ¿Qué fue de ellas? ¿Por qué las quemó sin que quede, al parecer, ni una sola copia de las mismas?

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Eskerrik asko.